MARETÓN EN EL GOLFO DE CÁDIZ
A día de hoy, gran parte de la comunidad surfera andaluza, ya ha visto en los partes de previsiones la que se nos viene encima, pero la pregunta es . . .
¿A qué se debe este brutal desarrollo ciclónico tras un año en el que sólo ha habido dos borrascas atlánticas mencionables?
Y no es mala la pregunta, puesto que desde que comenzamos el año hidrológico en Septiembre, han impactado en el golfo de Cádiz tan sólo dos o tres borrascas de no mucha intensidad, lo que ha supuesto un período de sequía, tanto de precipitaciones como de olas, bastante importante (en el caso de olas en Huelva, la peor que recordamos).
Este periodo de escasez en nuestra zona de ambos elementos, es consecuencia de la fortaleza que ha manifestado el en vórtice polar latitudes altas cercanas al polo Norte. Las borrascas, aunque muy profundas, se encontraban demasiado alejadas del Oeste Andaluz por lo que no han afectado de manera productiva en cuanto a precipitaciones se refiere y en cuanto al oleaje, la temporada se ha caracterizado por swells con procedencia del Norte- Noroeste, excesivamente septentrionales como para dejar alguna ola por la costa onubense, y limitando las posibilidades en la costa gaditana para que rompientes con una orientación sureña hayan funcionado con más continuidad como es habitual en Otoño e Invierno. Esta situación parece cambiar radicalmente en esta semana, pero…
¿Qué es lo que ha ocurrido?
En los últimos días ya se ha podido escuchar en el telediario el nombre de Calentamiento Súbito Estratosférico (CSE) y que traerá consigo cambios considerables en el devenir meteorológico de esta semana. Pues bien, este fenómeno no encierra ninguna definición física fuera de lo común, ni supone una retahíla de definiciones que nadie llega a comprender, consiste exactamente en lo que su propio nombre indica.
Desglosando el término, el CSE supone un calentamiento muy rápido de una capa de la atmósfera (la Estratosfera) sobre los polos, que se encuentra justo encima de la Troposfera; capa en la que se suceden los fenómenos atmosféricos que condicionan nuestro clima, como los anticiclones y las borrascas y que se ve alterada de manera notable por el fenómeno en cuestión. Este cambio súbito de temperatura hace transformar el vórtice polar en una alta presión de gran estabilidad, provocando que las bajas presiones se vean obligadas a bajar de latitud, teniendo que viajar por regiones menos usuales, mucho más hacia el sur.
Visitando las efemérides, tenemos un buen ejemplo de este suceso en los años 2009-2010, tanto por la intensidad del cambio, como porque hizo cambiar de sentido de giro al vórtice polar, es decir, fue capaz de cambiar en muy poco tiempo las bajísimas presiones de una borrasca casi anclada en el polo Norte durante meses, por altas presiones muy estables. Esta aparición de un potente anticiclón en la zona que habitualmente esta defendida por una potente y estática borrasca, provocó un descenso de latitud en el paso de las bajas presiones, que nos afectó en gran medida a la fachada atlántica andaluza, con unos meses de Diciembre, Enero y Febrero muy productivos en cuanto a lluvias, y una sucesión de swells que aún recordamos en la zona.
Vídeo explicativo de cómo actúa el CSE sobre el Vórtice Polar en referencia al sucedido en 2009-2010:
Una vez explicado lo que está ocurriendo, nos metemos en faena.
¿De dónde vienen esos 5-6 metros para Cádiz-Huelva de buenas a primeras?
El CSE ya ha desplazado la zona de generación de borrascas (empujada por el Jet Stream, aunque no queremos liar demasiado a la gente con 25 conceptos) hacia el sur, creando una auténtica autopista para borrascas muy profundas (960-970 mb) que van desde la Península del Labrador en el Este de Norteamérica hacia el Oeste de Europa, impactando de lleno en nuestro golfito de Cádiz.
El hecho de que la trayectorias de las borrascas sea uniforme de Oeste a Este (incluso OSO- ENE) crea una zona de creación del oleaje (fetch) enorme y con una dirección de la marejada que hace que el cabo San Vicente no nos pueda proteger en absoluto, y el oleaje llegue muy energético a nuestra costa sin ningún sólo obstáculo que atenúe su potencial.
De esta manera, a menos que surja un nuevo agente atmosférico que rompa la “autopista” en próximas jornadas, borrascas sucesivas van a golpear con virulencia el Oeste andaluz durante al menos una semana, tanto en cuantía de precipitaciones, como en altura y potencia del oleaje.
Sinceramente, llevo muchos años observando y analizando la evolución de las borrascas en el Atlántico Norte y lo que se espera para esta semana es bastante inusual. Han pasado trenes de borrascas desde el Suroeste que han tenido bastante incidencia en nuestra zona, dejando los swells más memorables que recuerdo (sobre todo en Huelva), pero a tres días de que impacte la primera de ellas, los modelos probabilísticos GFS y EMCWF siguen poniéndose de acuerdo en que las borrascas van a alcanzar presiones excepcionalmente bajas para la zona en la que se desarrollan y también coinciden en la trayectoria que van a seguir, por lo que, a día de hoy, más que la cuantía en precipitaciones, existe una mayor fiabilidad en la altura del oleaje que se está pronosticando que en las precipitaciones previstas.
Sumado a este episodio de una marejada fuera de lo común en la región, es reseñable mencionar la coincidencia con mareas vivas en el litoral, lo que puede complicar y mucho la situación en la costa. La actuación de estos dos agentes va a provocar, con total seguridad, importantes destrozos en nuestras playas, con una pérdida masiva de arena que si no se actúa por parte de los organismos competentes (que no tengo ninguna fé en que intervendrán a tiempo) van a tener que paliar en los próximos meses para la llegada de turistas.
Y para acabar, a ojos del surfista, es muy llamativo ver 5 o 6 metros en nuestras costas, pero la cercanía de las borrascas a nuestras rompientes no van a facilitar nuestros baños debido al viento. Además tanto en Huelva como en Cádiz, los vientos con componente Sur no deja muchas rompientes con opciones de ser surfeadas, pero sí abre la puerta a picos, que sólo los más antiguos de la zona hayan visto romper alguna vez en su vida y para los nuevos sólo queda echarle imaginación y mucha gasolina para investigar nuevas olas que no pensaban ver romper nunca.
Aún así, las ventanas entre frentes suelen dejar horas sin viento o con un descenso de éste bastante notable, por lo que habrá que estar atentos a esos “ espacios” entre borrascas para poder surfear olas que, por tamaño, hace mucho que no se ven por nuestras costas.
Cuidado y respeto al mar porque se va a enfadar de verdad.
Artículo de nuestro colaborador: Pepe Calvo Galán
Fuentes: Windguru, Windy, FNMOC, Wetterzentrale, cazatormentas, tablademareas.com.