30 enero, 2018

SURFING, EN LA VIDA DE UN MAESTRO DE NIÑOS ESPECIALES

Una persona normal que vive de su trabajo como maestro y con su familia la experiencia de surfear y viajar. Lo llamaremos ‘’El maestro’’, nos cuenta anónimamente un poco de su día a día. . .

‘’El maestro” es un surfista como podemos ser nosotros, una persona normal y corriente. Al igual que todos no va a la playa todo lo que le gustaría y nunca son suficientes las olas que coge. El nos cuenta “si eres un surfer que vives en la ciudad, con trabajo, familia, proyectos …; las olas son más que una terapia”

‘’Trabajar como profesor es un compromiso para la sociedad del futuro.’’

Este maestro de niños especiales, acude al colegio a diario, para transmitir a sus alumnos/as que todos tenemos igualdad de oportunidades, que las construyes desarrollando tus cualidades personales, independientemente de lo que piense la sociedad actual,hayas nacido igual o diferente. “Esto no es más que contribuir día a día por un mundo más justo y solidario”

 

Comparte su pasión por la escuela con la oportunidad de defender sus ideas sobre la inclusión y la normalización educativa en diferentes foros en los que propone nuevas formas de trabajar la educación especial desde los colegios, junto con sus compañeros de trabajo, ofrece una experiencia novedosa que al menos hace cuestionarse nuevas formas de educar. Podríamos decir que es un buscador de olas y amante de su familia con la que viaja hace ya más de diez años por numerosas playas; atesorando muchas experiencias y aventuras como surfista libre.

Ha viajado más que muchos de nosotros y conoce numerosos picos en el mundo, siempre acompañado por su familia y amigos. Tiene en su retina paisajes como las Landes Francesa, Portugal –su litoral-, el Norte de España de punta a punta, las Islas Canarias y hace unos años se aventuró a cruzar el charco en busca de la mítica California en la que pudo descubrir una cultura de surf más allá de la moda, entre San Diego y Los Ángeles.

Pero no se queda ahí, siempre pensando que playas aún desconoce, y cual podría ser su próxima aventura, nos comenta que entre sus futuros proyectos está “viajar a Marruecos y disfrutar de su cultura, su gente, sus playas, … “; aunque sin dejar de descubrir y disfrutar de mágicos momentos en Portugal y Francia. Esperando el gran momento en el que su hija esté lista para Maldivas, Japón, …

“No se, por qué hay que poner limites a la imaginación y a los sueños, …; que de eso se ocupe la vida”

Nos habla un poco de su surf

“Realmente no hay mucho que decir, no destaco en gran medida, simplemente disfruto surfeando y me ayuda a sentirme bien, en armonía conmigo mismo y mi entorno”

Empezó hace ya más de diez años. No dispone de una ola próxima, ni tampoco tiene unas condiciones cerca de su casa como para que haga surf todos los días y con olas de calidad. Nos comenta que en sus comienzos, después de estar unos meses intentándolo por él mismo descubrió que la mejor forma de aprender y no abandonar en el intento pasaba por acudir a profesionales. Y con la ayuda del surf camp de freeride en Sagres (Portugal) y una disciplina personal casi militar, avanzó poco a poco en su surf hasta poder “coger algunas olas si se dejan”

Cuando le preguntamos por su surfing, su estilo, …; se queda un poco pensativo y dice: “lo que tengo claro es que el surf es para mi algo divertido y relajante, coger olas … ; todas las que pueda es mi meta en cada baño, no se: diría que un surfing clásico. Me encantan los longboards,mini-longs, mini kluba, twin, ….; todo lo que me permita deslizarme en la pared de la ola, sentirla, acompañarla.’’

Por último queríamos saber hasta cuando tiene en mente surfear

Nos comenta que muchas veces se ha hecho esa pregunta, y también otras muchas personas que cuando se enteran en que ocupa el poco tiempo libre que le queda, se lo han referido, como nosotros en este artículo. Tiene en la retina la imagen de una pareja mayor (como de unos 60 años) que vio en su viaje a California en la playa de San Onofre.

Estaba atardeciendo y paseando por la playa con su mujer , su hija y en compañía de unos grandes amigos; pudo observar como entraba en el parking de la playa un coche descapotable de los 80´ , con un longboard que sobresalía de la capota, esta pareja típicamente californiana. El surfer que conducía, canoso y arrugado, vestía una de esas camisas de flores hawaianas, salió del coche tomo su long y se fue al agua. Una hora después estaba viendo la puesta de sol sentado en su flamante descapotable rojo con su mujer a su lado. Una sonrisa placentera destacaba más que sus grandes gafas de sol; y entonces pensó:

“Hasta que mi salud me lo permita, sin complejos ni barreras, disfrutar del mar y las olas no tiene fecha de caducidad, … ¿no? , ¿tu que piensas?”